10.2.11

Guardados.


Tengo una cajón lleno de recuerdos. Sostuve su tapa pesada y fuerte entre mis dedos mientras sacaba foto por foto. Toquetee cada una de las fotos y murmure cosas al azar. Cada una me traía un recuerdo diferente y nostálgico.   Y ahí estaba la imagen, la que traía cuatro años a mi mente, pocos recuerdos pero necesarios para soltar lágrimas. La felicidad flotaba en el aire y yo sin duda sonreía. No pasaba mucho desde entonces, quizá solo unas sonrisas de amabilidad y aceptación. Mi abuelo, meses antes de irse. Su sinceridad y amor se notaba en cada rincón de la foto. Acaricié la foto con la punta del pulgar justo para atrapar mi lágrima que amenazaba con mojar la fotografía.

(Sin imagen)
Es pura realidad.

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